miércoles, 2 de diciembre de 2009

de la lluvia de hoy






Siempre me gustò la lluvia, desde pequeña. Quizàs sea porque se parece al viento: trae y se lleva algunas cosas, ordena y desordena otras. Hace cambiar! Con lo que me disgusta la monotonìa, la rutina, siempre lo mismo... por eso me gusta la lluvia, supongo.
Hace un ratito salì al patio de mi casa, a sacarle fotos a la lluvia; abrì la puerta y zas! el cuerpo y el alma se me llenaron de olor a lluvia. Me vinieron muchas cosas a la cabeza... el olor a lluvia es como un removedor de memorias; quizàs no te recuerda nada en particular, o sì, pero te da esa sensaciòn de algo que ya viviste y a la vez no, algo viejo y nuevo al mismo tiempo... esa cosa de no saber, de dudar, pero sentirlo familiar (aunque lo familiar sea simplemente ese intenso olor a lluvia, a tierra mojada).
Ya no llueve afuera. Y ahora?
Cuando la lluvia pasa queda, la mayorìa de las veces, una sensaciòn de vacìo inllenable, o llenable sòlo con màs lluvia. Ese vacìo que no sabès si es angustia, ganas de llorar, bronca, lo que sea, no lo podès clasificar (o encerrar) en ningùn tipo de sentimiento... es simplemente ese vacìo (ese que me contaste que vos tambièn conocìas). Pero che, que a veces me duele... A vos tambièn? No te preocupes ahì sale, sale el Sol y llena todo tipo de huecos, agujeros o vacìos.
-Genial...
-Nos vemos la pròxima vez que llueva, chau.
-Chau!


-Hey, otra vez por acà?
-Sì, es que... no viste? no sentiste? Cayeron un par de gotitas: me mojaron los ojos, la nariz y la boca...
-Llueve otra vez...
-Exacto.
-A limpiarse el alma entonces.
-Ajà.




No hay comentarios: