Mirà, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme asì contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azùcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestàs tu mano en esta noche
de fin de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones tècnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese paìs de azules àrboles.
Asì la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchìsimo de mundo,
la sucesiòn de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.
Julio Cortàzar.
2 comentarios:
Indescriptiblemente bello, valga la redundancia cortazariana... Ahora ya podemos toparnos hasta por estos lares, tal vez no sea del todo falso eso de que la tecnología une.
Un nuevo año, JA. La cosa es ser nuevas nosotras mismas, renovar pensamientos, sentimientos, y por qué no MAMBOS que puedan habernos tirado para abajo en este año que próximamente se hará pasado.
Te amo con los años, desde los años, para los años... porque una vez dijimos YA y ahora nos empapamos de un MAÑANA, que siempre fue y será MEJOR, que nos guarda juntas, una sola HADA-MARIPOSA.
Te veo el año que viene, sí, te veo gracias a la LUZ.
AH! Y me olvidaba...
¡¡¡¡GUARDA CON EL CACTUS!!!!
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