sábado, 30 de mayo de 2009

Èl tiene una vida organizada (aunque algunas veces lo que yo puedo llamar 'desorden' es su propio orden).

Todos los dìas, sin excepciòn, se levanta a las 7:00 de la mañana. Se baña, toma unos buenos mates, y escucha la radio (Continental) junto a su fiel y querido amigo Tony (el gato). A las 8:20 emprende camino hacia el trabajo. A las 9:15 (a veces 9:25) comienza su trabajo.

Llama.

A las 13:00 sale del trabajo. Èl, se toma el subte: la lìnea B . Va en direcciòn a su departamento. Llega al edificio, abre la puerta, sube por la escalera (a veces, cuando su estado de ànimo no es el mejor o algo malo le pasò o simplemente no es feliz, toma el ascensor). Llega hasta el 2do piso, camina once pasos y ya en la puerta del departamente escucha que Tony maulla. Entra. Se saca la campera de jean, la deja por ahì. Mira: El desorden y el orden. Saca un pucho del bolsillo izquiero del pantalòn negro, lo prende. Piensa. Contiene la ira, es una persona positiva en ciertos aspectos. Prende la computadora, no sin antes abrir la heladera para ver que puede introducir en su panza y asì calmar su hambre habitual (es flaco, si...). Se conecta a internet. Abre su messenjer. Habla conmigo. Descarga su ira de una forma muy particular, de hecho no parece enojado. Me hace reir (a veces, llorar)...

Su dìa continùa, a veces va a la facultad, a veces duerme, a veces hace trabajos para la facultad, a veces limpia, a veces ordena. Pero esto no importa. Yo iba a su rutina matutina, la del trabajo.

Esta feliz (pueden creelo? està feliz porque trabaja, es indescifrable!!) quiere su sueldo. Y... saben què? ¡Tiene pensado comprarme un camiòn lleno de flim-paf! y unas orejeras para Tony ('Tiene las orejas muy frìas' me cuenta).

Y yo, bueno, yo estoy acà. A veces lo extraño, casi siempre (okey, siempre). Pero està bueno extrañar, serìa mucho màs triste no tener a nadie para extrañar... asì que por momentos me pongo mal, pero enseguida se conecta èl, con algo nuevo para contar y algo nuevo para hacerme reir (o llorar).

Por còmo habla, de vez en cuando, parece tener ganas de morir, pero yo sè que no. Le quedan muchos viajes por delante...

Ahora espera una compañera, una campañera de viaje.

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